“Sra. Sánchez, ¿usted no ha hecho nada durante los últimos meses? Pues está despedida”. Su sustituta tampoco ha recibido trabajo por parte de su jefe.“El trabajo es muy exigente y diversificado”, prometía el anuncio. Resultó ser una gran mentira.“Cuando tenga tiempo definiré tus futuras tareas”, prometió mi jefe. Y rompió su promesa durante 6 meses.“Sólo yo puedo hacer esta tarea, no es algo que puedan hacer los miembros de mi equipo”, decía el jefe. Y nunca delegó nada a nadie.“Hablé con mi superior sobre mi situación y pregunté si podía hacer más trabajo. Su respuesta: ¿ya sabes que me haces perder tiempo con tus deseos?"“El gran problema en este dilema es que los responsables no se dan cuenta de lo que causan con su actitud”.“Es divertido: soy el único en mi equipo que sufre de boreout. Todos los demás tienen, aparentemente, muchísimo trabajo y hacen horas extras”.“Cada martes tengo trabajo para unas dos horas. ¿Qué significa esto? Que durante el resto de la semana no tengo nada más que hacer”.“Quiero trabajar pero no hay nada que hacer. Pregunto una y otra vez pero mi jefe no reacciona y no me da más trabajo”.